¿Por qué los jefes le tienen miedo al teletrabajo?

Muchas de las empresas y agencias de publicidad/comunicaciones del país están siendo dirigidas actualmente por gente que está aburrida de lo que hace o que dentro de poco ya se va a pensionar.


Sí, esa gente que tardó 4 años en entender qué es un youtuber.

Esa gente que no entendía para qué era Twitter.

Esa gente que le daba prioridad a la televisión, hasta que en Cannes empezó a ganar premios todo el rollo de social media.


Esa gente que, simplemente, le tiene miedo al teletrabajo.


Yo diría que ni siquiera es miedo al teletrabajo, es miedo a perder el poder.

Esa ilusión de poder que tienen algunos que creen que las personas son sus "empleados".

Las jerarquías en las empresas sirven para crear esa ilusión.

La ilusión de que el gerente, director o cualquier mando medio es dueño y señor de todos los que están debajo.

Como si les pertenecieran.

Y no, no es así.

Ninguno de ellos paga el sueldo de las otras personas.

Tampoco les están haciendo un favor.

Están ahí para dirigir, gestionar y coordinar a un grupo de personas que tienen unos objetivos.

Objetivos que deben cumplirse y lograrse de la forma que sea.

Pero no, muchos de ellos creen que están ahí para cerciorarse de que los "empleados" asistieron al trabajo.

¿Que son? ¿Celadores?

Generan la típica cultura de premiar al que llega temprano y se va tarde.

En señalar al que se va apenas el reloj marca la hora de salida.

¿Y los objetivos qué?

¿Dónde putas queda lo importante?

Es como si se tratara de premiar a la gente que ve el trabajo como su vida, así sean mediocres o hagan mal las cosas.

Lo importante es ver a la gente sentada fingiendo que trabaja.

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En muchos casos, es una batalla perdida

En este punto aclaro que no todos los trabajos son susceptibles a ser realizados desde un lugar distinto a una oficina.

Últimamente he escrito bastante sobre este tema y no falta el que empieza a poner ejemplos realmente obvios e innecesarios.

Sí, es lógico que el conductor de bus, la cajera de banco, el repartidor de pizza y cualquier otro cargo que requiere contacto físico permanente, deba estar de manera presencial.


Y me vale verga, no estoy hablando de ese tipo de labores.

Yo me enfoco especialmente en temas de comunicación y publicidad.

Todo el rollo de creación de contenidos digitales.

Aún así, hay muchas empresas que ya están implementando el teletrabajo, no de forma permanente, pero sí al menos 1 ó 2 días a la semana.

La gente que más puede teletrabajar es la que está sentada todo el día detrás de un escritorio.

Gente que lo único que necesita para hacer lo que debe hacer es tener un dispositivo con acceso a Internet y programas de apoyo.

En fin. Volvamos al tema que nos interesa a los que trabajamos en comunicaciones y publicidad.

Los jefes le tienen miedo al teletrabajo porque, de manera infundada, argumentan que si no ven a la gente sentada en una oficina, creen que no están haciendo nada.

Falso.

De hecho, la gran mayoría de personas que están en este momento en la oficina, no están haciendo absolutamente nada productivo.

(Miren disimuladamente a su alrededor)

Esto tiene varios motivos.

La gente realiza labores que, dependiendo de su habilidad, pueden hacerse en mayor o menos tiempo.

Muchas de ellas requieren creatividad y la creatividad no llega simplemente diciéndole al cerebro "bueno, vamos a sentarnos de 8 a 5 a ser creativos".

Así como hay días en los que uno cree que el trabajo es infinito y que ese informe jamás va a terminar, hay otros días en los que, literalmente, no hay nada qué hacer.

Todos hemos vivido esos primeros 15 días de enero en el que las oficinas parecen un pueblo fantasma y no hay casi gente, pero toca ir a poner la cara sólo porque sí.

Hay algo peor a tenerle miedo al teletrabajo: no darse cuenta de que ya se viene haciendo.

Vamos a lo obvio y más allá...

Yo no sé si la gente es demasiado estúpida para no darse cuenta o si algo raro pasa con este rollo.

Toda la vida se ha trabajado con proveedores.

De hecho, una agencia de publicidad es un proveedor para una marca/empresa/entidad.

Y, a su vez, la agencia tiene proveedores que le sirven para cumplirle a su proveedor, y así sucesivamente.

¿Lo habían pensado alguna vez?

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Todas las empresas tienen proveedores
Hasta para contratar a la gente que trabaja en una empresa, muchas veces se tiene un proveedor de recursos humanos que se encarga de realizar el proceso y listo.

Así es, se encarga una labor, objetivo, misión o como quieran llamarlo.

Jamás se ven las putas caras y todo fluye como el río Magdalena.

Es como si uno para hacer un envío por Servientrega exigiera tener que verle la cara al repartidor.

¿Se imaginan?

"No. Es que como no trabaja conmigo, ni le veo la cara todos los días, tal vez no está trabajando. Tal vez no entregue el pedido".


¿De dónde salió esa mierda?

¿De dónde salió esa costumbre de creer que la gente trabaja sólo cuando la ven?

O sea, ¿si no me estuvieran viendo no habría podido escribir este post?

¡Ja!

De eso se trata, amigos míos.

La gente está ciega o se hace.

Contratar gente que hace las cosas de manera remota es algo que se ha hecho toda la vida.

Y estamos en una época en que se está volviendo algo normal gracias al uso de la tecnología/Internet.

En Colombia, el teletrabajo se adoptó con la Ley 1221 de 2008 y dice algo así:

“… una forma de organización laboral, que consiste en el desempeño de actividades remuneradas o prestación de servicios a terceros utilizando como soporte las TIC para el contacto entre el trabajador y la empresa, sin requerirse la presencia física del trabajador en un sitio especifico de trabajo”.

De hecho, según cifras del MinTic, en el país hay más de 95.000 teletrabajadores y se estima que en el 2018 serán 120.000.

El temor que hay actualmente se basa en algo muy sencillo: miedo a perder control sobre los demás.

Control que es una simple, estúpida, e innecesaria ilusión.

La gente trabaja más y mejor cuando puede usar su método propio, cuando nadie la jode.

Hay gente que trabaja mejor de día, otra que le rinde como un putas en la noche.

Todos somos diferentes en esos hábitos y sabemos cuál es nuestro fuerte.

Y pocas veces es el de estar sentado por obligación y siendo observado.

Cada persona es un universo y hace las cosas a su manera

Hay algo claro. El que es bueno, es bueno dentro y fuera de una oficina.

Y ocurre lo mismo con el que es malo.

Si alguien no es lo suficientemente competente, da la misma si está 8 horas al día sentado en una oficina o si está en cualquier otro lugar del mundo.


El resultado seguirá siendo malo.

La clave está en definir cuáles son los objetivos, entregables, metas, compromisos y todo lo que una persona debe hacer para aportar al equipo en el que se encuentra.

Si todos hacen su parte, no hay nada qué temer.

El que no sirve, se va y ya. Es así de simple.

¿Se han fijado que, cada vez más, las oficinas modernas tienen mesas de juegos, cocina, salas de estar, consolas de videojuegos y mil vainas más?

Esas oficinas que hacen que la gente se sienta como en casa *guiño, guiño*

Hay una razón: ¡NADIE trabaja 8 horas seguidas!

Así es.

Por eso cuando un jefe se dedica a ver si el otro está "trabajando", lo único que hará esa persona será fingir.

Para la mayoría de trabajadores, la jornada de 8 horas es ridícula.

Hay gente que en un par de horas puede hacer lo de todo el día, pero no puede irse a su casa o a cualquier otro lugar.

Así que lo mejor es perder el tiempo o fingir que lo que, hábilmente, logró hacer en poco tiempo, es súper largo.

Ya lo dije, hay días de días. Es como todo en la vida.

Pero pretender que una persona se va a sentar 8 horas al día, 5 días a la semana, 20 veces al mes, únicamente a trabajar, es bastante estúpido.

Es más, hasta hay agencias y empresas que miden el éxito de un trabajador a través de las "horas-hombre".

¡Jueputa!

Dizque horas-hombre.

¿Quésesamierda?

¿Qué sigue? ¿Horas-creatividad-hombre?

En este rollo no trabajamos poniendo ladrillos o botones, trabajamos generando ideas y comunicándonos.

El éxito se mide por resultados, metas, objetivos cumplidos... no por las horas que se pasaron tocando la silla sin que pierda contacto con el culo.

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Un día normal en esas empresas

Recuerdo una vez que contratamos a unos ilustradores para que nos ayudarán con los personajes de unas cartillas y unos cursos virtuales.

Les vimos la cara una sola vez, luego todo fue por email.

El trabajo quedo del putas y jamás nos volvimos a ver.

Así funciona, no necesito estar presenciando el trabajo, necesito es que me lo entreguen a tiempo y bien hecho.

Si lo hicieron borrachos, en una hamaca, en París, no es problema mío.

Así se mandan a hacer fotografías, videos, sitios Web, artículos y todos los contenidos que se les ocurran.

Obviamente, no todo es color de rosa.

Aún vivimos en medio de agencias y empresas con gente torpe, vaga, desinteresada, mediocre y una lista larga de gente completamente distraída y dependiente que no es capaz de adoptar el modelo del teletrabajo.

El teletrabajo no está hecho para usted, si usted no es una persona autónoma.

Si necesita que le digan y le recuerden todo el tiempo lo que debe hacer y entregar, no es para usted.

¿No les ha pasado que deben enviar 2-3 veces un correo porque el destinatario simplemente dice que no lo vio?


O sea, ¿le llegó, pero no lo vio?

¡No jodás!

Termina uno enviando capturas de pantalla o incluso correos pidiendo el favor de que respondan o envíen el puto entregable que se está pidiendo pidiendo hace rato en correos anteriores.

También siguen haciéndose reuniones presenciales inútiles.

La típica reunión que pudo ser un correo (o una videoconferencia por Hangouts).

Pero no importa, es normal.

Es normal mientras aún sigamos con ese pensamiento viejo y obsoleto de que hay alguien que debe estar viéndonos para poder hacer las cosas.

Hoy las empresas siguen dirigidas por gente así, pero les queda poco.

Ya viene gente que se las va a comer vivas y una de las razones será que no supieron adaptarse y evolucionar al mismo paso de la tecnología.

Aún están a tiempo de empezar.

Si les da miedito saltar al agua y contratar gente freelance que teletrabaje y cumpla con lo que le piden, háganlo de forma gradual.

Es obvio que algunos cargos como los practicantes y la gente sin experiencia necesitan un acompañamiento.

Pero incluso ellos pueden teletrabajar un par de días a la semana.

¿Cómo se puede empezar?


La respuesta está en tu corazón.

Ok, no.

Empiecen dejando que la gente teletrabaje un día a la semana.

Luego dos, luego tres.

Asignen a alguien para que coordine todo el trabajo que se hace y supervise que todo está marchando, sin tener que verse las caras.

Después, invéntense una semana de teletrabajo.

Contraten gente freelance, pero cumplan con los términos legales: no jefe, no horarios, no lugar físico.

Pongan al trabajador más bueno y al más malo a teletrabajar, a ver qué pasa.

No pierden nada con probarlo y sí evitan llegar tarde al futuro que está pisándoles los talones por güevones miedosos.

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Para saber desde dónde estoy teletrabajando hoy, estoy aquí.

Vea por que de cada 50 hojas de vida solo sirven 3.

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